La subida ha sido impresionante los paisajes mas bonitos de todo el camino, Queijo nos espera arriba un poco desesperado porque yo llevo el dinero y no ha podido desayunar jajajaja. Seguimos y coronamos tambien el alto do Poio, en compañia tambien del hippi menudo personaje jejeje.
Sellamos otra vez en Samos, un monasterio precioso pero la fachada en obras no deja ver bien. Comemos en Sarria en la estacion de autobuses y continuamos hasta Portomarin, tiene una entrada preciosa por un puente que cruza un pantano, una vista extraordinaria. Me sorprende de este pueblo que las campanas de la Iglesia de San Nicolas tocan con musica super curioso.
Tengo un apunte de Jesus "En Galicia son unos hijos de la gran puta". La verdad es que nos han dado el peor trato de todo el camino.
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